Las
Venas Abiertas de América Latina
Desde el comienzo, la obra de Eduardo
Galeano, las Venas Abiertas de América Latina, denota una crudeza y realismo
visceral, dejando al lector a la expectativa de un derramamiento desmesurado de
sangre, que en cierto punto lo es para el pueblo latinoamericano.
Este libro, guía a la reflexión crítica
desde un punto de vista social y político, que permite el planteamiento la
realidad de América Latina como una moneda, por un lado, se observa la
incesante explotación de Latinoamérica y por otro la actitud de rebeldía.
Al comenzar la obra, lo primero que se
presenta en la llegada de los europeos a territorio americano o el “Nuevo mundo
como lo llaman actualmente”, esto implico varios cambios para ambos bandos, por
una parte, se etiqueto de “perdedores” a los nativos frente a los llamados
conquistadores o “ganadores”.
Pero que fue lo que perdió primero
América Latina con la llegada de los colonos, es fácil, pero que resulta
inherente para cualquier tierra, su identidad, cuando Cristóbal Colon llego en
el año de 1492, no tenía nombre. América entonces fue presentada como “la
tierra sin nombre” y por tanto la tierra de nadie, al principio no fue siquiera
reconocida como otro continente sino como una isla. Es decir, era considerada
menor a los 3 continentes del viejo mundo: Europa, Asia y África.
Permitiendo así una discriminación atroz
desde su entrada al escenario mundial, siendo vista como una isla perteneciente
al continente europeo. Al llegar a tierra americana los españoles, encontraron
un entorno natural rebosante, lleno de gente mansa y hermosa que los dejó
anonadados, y fue entonces el comienzo de una serie de engaños a los nativos,
avasallándolos con baratijas, sin embargo, todos estos obsequios a los
originarios conllevaban la seducción para obtener algo mucho más valioso, la
información. Desde el momento de su llegada Cristóbal Colón observaba como el
oro estaba presente como ornamentos. Y como un miembro del Viejo mundo entendía
que el este recurso significaba poder individual y riquezas.
Dentro de este contexto, se sitúa la
primera parte del libro que bajo el título “La pobreza del hombre como
resultado de la riqueza de la tierra” que nos permite adentrarnos en la
perspectiva colonial durante el cual las riquezas mineras de las tierras
latinoamericanas fueron aprovechadas y explotadas, lo que permitió el
nacimiento de nuevos centros urbanos a lo largo de la región. Pero sin
olvidarse o dejar de lado a las principales víctimas de esta fiebre quienes en
un principio consideraban la llegada de estos extranjeros como una venganza de
sus dioses, a las cuales se refiere como:
“desterrados
en su propia tierra, condenados al éxodo eterno, los indígenas de América
Latina fueron empujados hacia las zonas más pobres, las montañas áridas o el
fondo de los desiertos, a medida que se extendía la frontera de la civilización
dominante. […] donde el alimento de las minorías se convierte en el hambre de
las mayorías”. (Galeano, 1972, p. 69- 89).
Como plantea Galeano (2015), cuenta el
almirante en su diario de navegación que se mantenía alerta y trabajaba en
averiguar de dónde venía el oro y mediante señas, se podía entender que al sur.
Tras lo cual se organizaron expediciones de conquistadores a las zonas central
y sur del continente, y contra todo pronóstico por su parte, lo que encontraron
fue inmensas poblaciones y grandes ciudades con vistosas edificaciones y templos
Era evidente que se hacía referencia a las
ciudades ricas en oro y otros minerales del imperio Inca y atraídos por estos y
motivados por la ambición, movilizaron años después las expediciones de
conquista con las cuales se invadirían las tierras de América Central y
Sudamérica y según lo narrado por los cronistas, fue en ese momento que comenzaron
las tretas por parte de los europeos, realizando trueques desproporcionados,
cambiando baratijas por oro, plata, platino, perlas y demás piedras preciosas.
Esta
reciente y descarriada ambición de la burguesía europea provocó el agotamiento
de los recursos mineros de toda Latinoamérica, haciendo caer las principales
ciudades mineras lo que comenzó en la ciudad de Potosí como se relata “Para
arrancar la plata de América, se dieron cita en Potosí los capitanes y los
ascetas, los caballeros de lidia y los apóstoles, los soldados y los frailes” (Galeano, 2015, p.38). En ese
entonces la espada y la Biblia caminaban juntas convirtiendo todo este depósito
de plata, en lingotes que alimentarían el desarrollo de Europa. Lo que llevaría
que “mediados del siglo XVII la plata abarcase más del 99 por ciento de las
exportaciones minerales de la América hispánica”
Entre otras las minas como Zacatecas,
Guanajuato y Ouro Preto fueron fervientemente explotadas, reestructurando las
necesidades de la economía europea al mutar su modelo económico en primario
exportador, con el objetivo de recaudar nuevos ingresos. Como lo describió Karl
Marx (2000), desde el descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de
América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas
de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias
Orientales: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción
capitalista. Estos procesos representan otros tantos factores fundamentales en
el movimiento de la acumulación originaria.
Además, otros productos alimenticios como
el azúcar, el algodón, el café y el cacao dejaron de ser fuentes primarias y se
convirtieron productos económicos de suma importancia, convirtiéndose en armas
de doble filo, pues al mismo tiempo que hacían crecer las economías europeas, y
en menor medida las latinoamericanas, provocaban un desgaste del suelo y
propiciando la concentración del monocultivo que se sirve para denotar el
turbio futuro que les esperaba a las naciones americanas.
No obstante, todos estos recursos no eran
arrancados del suelo latinoamericano únicamente por la mano de los dirigentes,
sino también por las manos de las corporaciones empresariales. De éstas destacó
el “liderazgo” estadunidense, se preparó para lanzarse a los países
latinoamericanos que luchaban por su estabilidad económica y cuando aún
buscaban aquella luz colonial que algún día les perteneció.
En la segunda parte del libro, Eduardo Galeano
se centra principalmente en la vida económica de los países latinoamericanos
después de los fallidos proyectos de desarrollo. El proteccionismo entendido
por Steinberg Wechsler (2006), como un enfoque
que sostiene que la política comercial viene determinada por el comportamiento
competitivo de distintos grupos sociales en el interior de los estados como
respuesta a cambios en la economía mundial, como una de las medidas necesarias para
asegurar un camino exitoso dentro del comercio internacional, pero es
rápidamente sofocado por el capital imperialista, engendrado por el sistema
agroexportador, y por la crisis del comercio exterior. Las grandes empresas
comienzan la invasión y conquista de los territorios latinoamericanos: la mano
de obra barata y la materia prima son los principales objetivos de esta temible
campaña del capital imperialista, lo que se relata en los últimos capítulos de
esta segunda parte, en la que se recortan aquellas verdades atroces de la
realidad latinoamericana y comienza a estructurarse el disfraz utilizado por el
capital imperialista. De lo anterior surge la pregunta: ¿qué lugar toma el
Estado dentro de este imperialismo?
Aquí el autor nos describe como claramente
el debilitamiento del Estado a través de las actividades de los sectores
empresariales extranjeros alrededor de toda la región, conlleva un proceso
gradual de desnacionalización de empresas que comenzará a extenderse como una
plaga a lo largo de los territorios latinoamericanos, apoderándose de los
procesos de industrialización y controlando los mercados internos. Dentro de
este turbulento capitalismo la crítica del autor recae en el apoyo que el Fondo
Monetario Internacional (FMI) dio a aquellas empresas extranjeras para
establecerse en la región, siendo éste manejado por Estados Unidos y sirviendo
como un disfraz tras los reales objetivos estadunidenses, el despojo de las
tierras latinoamericanas. Es por ello que Galeano afirma que:
“América
Latina continúa exportando su desocupación y su miseria: las materias primas
que el mercado mundial necesita y de cuya venta depende la economía de la
región y ciertos productos industriales elaborados, con mano de obra barata,
por filiales de las corporaciones multinacionales. El intercambio desigual
funciona como siempre: los salarios de hambre de América Latina contribuyen a
financiar los altos salarios de Estados Unidos y Europa” (Galeano, 2015, p. 269).
En conclusión, a lo largo de toda la obra
existe una representación de víctima y victimario, donde los pobladores de las
tierras latinoamericanas siempre han sido las víctimas y los victimarios han
sido aquellos sujetos ajenos a esta tierra con un hambre voraz de riqueza. Al
presentar este tipo de relación, Galeano también enmarca las verdades en dos
vertientes distintas: por un lado, empapa la verdad con satirizándola levemente
y en otras más directas en contra de los victimarios resaltando el disfraz que
se utiliza para concretar el despojo de la región; por otra parte, adorna la
verdad con dramatismo o adjetivos resonantes dirigidos a las víctimas, como si
tratase de resonar ese reclamo social con el lector. Estos adornos adjudicados
a la verdad dentro su obra crea en el lector una conciencia sobre al proceso
histórico de lo que ha sufrido Latinoamérica, haciéndole entender las causas y
consecuencias del mismo proceso histórico. A pesar de ser un libro publicado ya
hace bastante tiempo, sigue siendo de gran utilidad para poder entender la
construcción del presente de América Latina, al igual que la relación entre
victimario y víctima, reinante aún en el presente latinoamericano.
Bibliografía:
Galeano, E. (2015). Las Venas Abiertas de América
Latina (Siglo xxi, Vol. 39, Issue 2).
Hamilton, E. (2013). American
Treasure and the Price Revolution in Spain, 1501-1650. Cambridge, MA and
London, England: Harvard University.
https://doi.org/10.4159/harvard.9780674332157
Marx, K. (2000). El capital. Tomo 1. Vol III (Vol.
3). Siglo XXI.
Steinberg Wechsler, F. (2006). La economía política del
proteccionismo. Cuadernos de Economía (Barcelona), 29(80), 65–95.
Vara, A. M. (2015). Las venas abiertas de América Latina:
emblema del discurso antiimperialista. antiimperialista en América
Latina, 89.
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