Vacilación frente vacunas contra COVID-19
La
pandemia de la enfermedad del coronavirus del Síndrome Respiratorio Agudo Severo
2019 (COVID-19) causada por el coronavirus 2 (SARS CoV-2) se detectó por
primera vez en Wuhan, China, en diciembre de 2019. Posterior a ello, se propagó
por todo el mundo dentro de un mes de la aparición del nuevo coronavirus hasta
que la Organización Mundial de la Salud WHO (2021), declaró al
COVID-19 una pandemia en todo el mundo el 11 de marzo de 2020 afectando a 192
países, con más de 117 millones de casos y 2.5 millones de muertes. El primer
caso de esta enfermedad en Ecuador fue reportado el 29 de febrero de 2020, y
desde entonces se han confirmado 291.070 casos y 15.997 muertes por esta causa.
Es por ello que han implementado medidas de mitigación como las expuestas por Anderson et al. (2020), distancia física y cuarentena para frenar la
propagación del virus en todo el mundo, proteger a la comunidad y gestionar la
demanda y la prestación de servicios de salud, además de diversas estrategias
de prevención y contención del virus, dentro de las cuales han sido ampliamente
reconocida el lavado de manos, el uso de mascarillas, incluso la suspensión o
limitación de concentraciones multitudinarias, el cierre de lugares de trabajo
no esenciales y establecimientos educativos, la reducción del transporte
público, la limitación de los viajes, ya que no existía un tratamiento o vacuna
eficaz.
Y
aunque la WHO (2021), ha demostrado
que estos comportamientos preventivos frente al COVID-19 , son efectivos
enfrenar la propagación del virus el control a largo plazo de la pandemia
COVID-19 dependía del desarrollo y uso de una vacuna preventiva. Y es en este punto en que evidenciamos la
problemática ya que hasta el día de hoy, una proporción considerable de la
población de Ecuador parece no planear o no estar seguros acerca de vacunarse
contra COVID-19 evidenciados en los primeros resultados referidos por el
Ministerio de Salud Pública (MSP) acerca del Plan de Vacunación 9/100 que es
aplicado a nivel nacional, se registró un 30% de ausentismo de personas mayores
de 80 años, 25% mayores de 65 años; 20% en el rango de 65 años y un 10%, de
ciudadanos de 64 años. Esta tendencia es preocupante por parte de un punto de
vista de la salud pública, dado que la inmunidad colectiva es fundamental para
ralentizar la propagación de la pandemia. Sin embargo, la vacilación para
vacunarse contra COVID-19 también es comprensible debido a factores como la
novedad de la enfermedad, la velocidad inusualmente rápida de la vacuna
desarrollo, la desconfianza de algunos grupos en la ciencia y expertos de la salud
(Funk & Kennedy, 2016; Kaiser Family Foundation,
2020) y las preocupaciones documentadas
por algunos sobre la politización de la vacuna, así como su seguridad y
estándares de eficacia (The City University of New York
School of Public Health, 2021; Tyson et al., 2020).
Según
Offit (2005), a las vacunas se
les atribuye el mérito de salvar la vida de más personas que cualquier otra
tecnología médica. A pesar de esto, los mensajes contra la vacunación de
acuerdo con Jones et al., (2012) y Smith & Graham (2019) se han
generalizado, lo que indica una población creciente de personas que están
preocupadas por la seguridad y eficacia de las vacunas. Esto se cita como una
de las razones por las que las tasas de vacunación están disminuyendo (Hill et al., 2018). En consecuencia,
la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el concepto de
"vacilación por las vacunas" como "una de las diez principales
amenazas para la salud mundial". Y son estas preocupaciones de la gente
con respecto a las vacunas COVID-19, lo que ha provocado un retraso en el
proceso de vacunación y por ello uno de los objetivos estratégicos del Plan de
acción mundial sobre vacunas de la OMS, que tiene como objetivo prevenir las
enfermedades epidémicas, establece que las personas y las comunidades deben
comprender el valor de las vacunas y demandar la inmunización como un derecho y
responsabilidad.
Independientemente
de su importancia global, la comprensión de las personas sobre el valor de la
vacunación ha constituido e influye ahora como un problema recurrente y, a
menudo, se ha convertido en un tema de debate político y luchas ideológicas. La
mayor parte de la literatura actual sobre la vacilación y la resistencia a las
vacunas se centra en las causas claras como las antes mencionadas, que
presentan los individuos contra una vacuna en particular o programas de
vacunación en general. Pero desde una perspectiva psicológica esta vacilación
puede ser abordada desde enfoques como los siguientes.
Desde
un enfoque individual se han identificado los procesos psicológicos que
distinguen a los individuos resistentes y reacios a la vacuna de los individuos
sensibles a la vacuna lo que de acuerdo
con Nazli et al. (2021) posibilitaría
brindar la oportunidad de adaptar los mensajes de salud pública de acuerdo con
las tendencias psicológicas de estos individuos. Hasta la fecha, se han
investigado muchas estructuras psicológicas en relación con la vacilación a las
vacunas. Por ejemplo, creencias altruistas (Rieger, 2020); rasgos de
personalidad, neuroticismo y conciencia (Johnson, 2000); conspiración,
religiosa y paranoica creencias (Hornsey et al., 2018); la desconfianza
en miembros autorizados de la sociedad, como funcionarios gubernamentales,
científicos y profesionales de la salud, se ha asociado con actitudes negativas
hacia las vacunas (Habersaat & Jackson, 2020).
Las
dudas sobre las vacunas tienden a aumentar en general, aunque según Hornsey et al. (2018) esto varía entre
países. Es importante revelar los determinantes de la vacilación ante la vacuna
como lo denota Kennedy, (2019) que considera el
aumento de las teorías de conspiración sobre COVID-19. En el estudio planteado por Nazli et al. (2021), se planteó
estudiar los determinantes de la vacilación de la vacuna COVID-19, evaluando la
relación entre "intolerancia a la incertidumbre", "creencia en
teorías de conspiración" y "fobia a COVID-19" con la vacilación
a la vacuna. Encontrando una correlación positiva entre la creencia en las
teorías de conspiración y la vacilación a las vacunas y también que personas
con poco miedo al COVID-19 dudarían sobre la vacunación.
Sería
útil identificar los factores psicológicos distintivos de las personas que
dudan y se resisten a la vacuna. De esta manera, el tema del “rechazo de vacunas”
como problema de salud pública puede aclararse más y las acciones para la salud
pública pueden enfocarse en más objetivos. Los problemas frente a la
vacunación, que es el arma más importante en la lucha contra la pandemia, se
pueden superar.
El
"movimiento contra la vacunación" previamente mencionado, no es un
grupo organizado y centralizado, la investigación ha identificado la voluntad
de creer en las teorías de la conspiración como un factor en la generación y
mantenimiento de la seguridad de las vacunas. Las conspiraciones suelen
implicar a las empresas farmacéuticas, a menudo con la complicidad de agencias
gubernamentales y comunidades de científicos, en ocultar al público los riesgos
"verdaderos" de la vacunación y / o exagerar sus beneficios (Dredze et al., 2016; Jolley & Douglas, 2014;
Mitra et al., 2016).
Uno
de los casos más notables en los que estas conspiraciones han sido utilizadas influyendo
en grandes grupos social es el del expresidente de los Estados Unidos ha
expresado opiniones en contra de la vacunación. El presidente Trump ha escrito
más de dos docenas de mensajes de Twitter que son de naturaleza antivacunación,
vinculando con frecuencia las vacunas.
A
menudo se considera que los políticos representan o reflejan los valores y las
actitudes de sus electores. Sin embargo, los líderes no siempre reflejan
pasivamente al grupo, sino que a veces llegan a moldear activamente los valores
y opiniones de los miembros del grupo. De acuerdo con Hogg (2019) y su modelo de identidad
social de liderazgo el potencial de un líder para influir en los seguidores es
mayor en la medida en que el líder:
-
Se establece a sí mismo como un líder altamente miembro prototípico dentro del grupo
(asume la posición de un miembro "ideal" del grupo que otros deberían
emular)
-
Se involucra en comportamientos que sirven focalmente al grupo, incluyendo
fuertes demostraciones de favoritismo intragrupal.
El
modelo de liderazgo de identidad social sostiene además que la influencia de
los líderes será particularmente pronunciada cuando se ubiquen dentro de un
contexto intergrupal prominente y divisivo. Desde la perspectiva de la teoría
de Turner (1991), acerca de la
autocategorización, los contextos intergrupales sobresalientes conducen a una
mejora percibida de las similitudes intragrupales y las diferencias exóticas.
En
este proceso, los miembros del grupo fuertemente identificados actúan a través
de la lente de sus identidades grupales, modificando sus comportamientos,
creencias y actitudes para asimilarse al miembro del grupo prototípico percibido
(“influencia informativa de referencia”). Como tal, una dinámica intergrupal
puede crear percepciones sesgadas del contenido, la calidad y la veracidad de
un mensaje, dependiendo de la identidad grupal del mensajero. De hecho, algunos
investigadores como Esposo et al., (2013) y Mackie & Cooper, (1984), han establecido
que la identidad de grupo de la fuente puede influir más en la persuasión que
en el contenido del mensaje.
Otro
de los aspectos de investigación psicológica, se ha conformado alrededor de las
ideologías políticas las cuales según Jost et al. (2009) se destacan
repetidamente por el carácter fundamental del continuo liberal-conservador o
izquierda-derecha como una dimensión universal que organiza las opiniones
políticas de las personas. De acuerdo a los estudios realizados por Callaghan et al. (2021) y Hornsey et al. (2021) se han encontrado
niveles más altos de vacilación por la vacuna y una mayor disminución en las
intenciones de vacunación durante los seis meses de la pandemia entre los conservadores.
Por otro lado, los estudios realizados en Polonia por Kossowska et al. (2021) han encontrado
que la ideología política está solo vagamente relacionada con la vacilación a
las vacunas, y los conservadores son un poco más escépticos sobre las vacunas,
lo que se relaciona con una mayor desconfianza hacia los científicos de ese
grupo.
El
limitado poder de predicción de la dimensión política izquierda-derecha ha
llevado a los científicos a explorar ideologías y creencias políticas
alternativas que podrían desempeñar un papel en la indecisión sobre la
vacunación. Algunos estudios han encontrado que la ideología nacionalista
(narcisismo nacional) es un mejor predictor de la vacilación a la vacunación
que la dimensión izquierda-derecha (Cislak et al., 2020) mientras que
otros han sugerido que la política populista es un factor clave responsable de
la vacilación a la vacunación.
Por
otra parte, antes de que se produjera la pandemia de COVID-19, la vacunación durante
mucho tiempo había sido un tema cargado de emociones en muchas comunidades.
Como lo reflejan Bean (2011) Broniatowski et al. (2018) y Kata (2010), uno de los
principales contribuyentes al aumento de las emociones en torno a la vacunación
son los grupos coordinados antivacunas que manipulan las emociones para
promover la desinformación y las teorías de la conspiración, siembran confusión
y crean división. En particular, los análisis de los sitios web contra la
vacunación han demostrado que del 76% al 88% de los sitios web estudiados
aprovecharon las apelaciones emocionales (p. Ej., Las vacunas como una
violación de las libertades civiles, los peligros de los efectos secundarios de
las vacunas) y del 20% al 50% de los sitios web subestimaron el riesgo y la
gravedad de las enfermedades prevenibles mediante vacunas.
Además,
un estudio realizados por Mitra et al. (2016) de las cuentas de
Twitter antivacunas mostró que las cuentas antivacunas tenían más
probabilidades de expresar enojo que las cuentas favorables a las vacunas. Los
estudios también encontraron que las teorías de la conspiración destinadas a
sembrar la desconfianza de los expertos y las organizaciones gubernamentales se
encontraban comúnmente en las publicaciones de los grupos antivacunas. De
manera alarmante, estos sentimientos impulsados por las emociones han
contribuido a la vacilación de las vacunas y la disminución de la aceptación de
la vacuna.
De
acuerdo con Fisher et al. (2020) y Sear et al. (2020) estas campañas de
desinformación de vacunas han continuado, y de hecho han prosperado, durante la
pandemia de COVID-19. Los esfuerzos para abordar las dudas y aumentar la
confianza en las vacunas deben prestar atención a las tácticas de
desinformación dominantes.
Una
de las formas de abordar esta problemática es el compromiso emocional, que de
acuerdo con Perugini & Bagozzi (2001) ha jugado un
papel central en la investigación y la práctica del cambio de comportamiento de
salud, y las apelaciones emocionales se han utilizado de manera eficaz en el
diseño de mensajes de salud para el cambio de comportamiento - por ejemplo, ira
y otros sentimientos negativos hacia la industria tabacalera (Murphy Hoefer et al., 2010) y apelaciones del
miedo en la conducción segura (Carey & Sarma, 2016). Sin embargo, la relación entre las emociones
y los comportamientos saludables es compleja. Por ejemplo, un mensaje con la
intención de activar un tipo de emoción puede, en cambio, activar otras
emociones (mensajes de culpa que evocan vergüenza) que aumentan las conductas
de riesgo para la salud o disminuyen la voluntad de realizar conductas
preventivas (Duhachek et al., 2012). Estas
complejidades pueden acentuarse durante la pandemia, ya que la naturaleza
cargada de emociones del COVID-19, junto con la retórica antivacunación, puede
causar confusión, nerviosismo, apatía y otras emociones que afectan las
decisiones sobre vacunas.
Además,
dada la novedad y la evolución científica del virus, el proceso de desarrollo
de vacunas acelerado y la discordia política más amplia, las preocupaciones
sobre la seguridad y eficacia de las futuras vacunas contra COVID-19 se han
exacerbado, incluidas las preocupaciones sobre la seguridad comprometida.
estándares para la aprobación de vacunas. Este contexto complejo ayuda a
explicar los factores clave de las dudas sobre las vacunas. Los temores sobre
la seguridad de la vacuna, los efectos secundarios y el rápido desarrollo de la
vacuna se han citado como barreras para la vacunación.
Dado
que se encuentra que las emociones influyen en las percepciones e intenciones
del riesgo de la vacuna con más fuerza que la información, los esfuerzos
futuros de educación sobre la vacuna COVID-19 deben ir más allá de la
presentación de información objetiva para abordar las emociones que rodean al
COVID-19. Es por esto que se plantea el posible enfoque para aprovechar las
emociones en los esfuerzos de comunicación de la vacuna COVID-19 al contrarrestar
las emociones negativas. Jungmann & Witthöft, (2020) y Lwin et al., (2020) mencionan que la ansiedad
generalizada, la pérdida y la fatiga psicológica causados por la pandemia han
afectado los comportamientos de salud y las intenciones de vacunación. Asumiendo
que la disponibilidad de una vacuna COVID-19 que pasa las estrictas normas de
seguridad estándares y demuestra eficacia, los esfuerzos de educación sobre
vacunas aún debe reconocer y manejar las emociones negativas generalizadas, al
mismo tiempo que considera las diferentes predisposiciones emocionales de los
destinatarios específicos.
En
comunidades con emociones intensificadas generalizadas, el cuidado debe tomarse
para atender esas emociones en lugar de intensificarlas inadvertidamente de
maneras que serían contraproducentes en las decisiones sobre vacunas. Por
ejemplo, investigadores han teorizado que, en situaciones inciertas e
incontrolables, las personas se centran en reducir las emociones negativas en
lugar de cambiar el comportamiento para mitigar las amenazas potenciales. Por
lo tanto, el uso de ciertas apelaciones emocionales negativas alentar la
vacunación puede, en cambio, activar más miedo y incapacidad para participar en
la prevención (por ejemplo, vacunación). Enmarcado la vacunación como una
estrategia concreta y viable para reducir el riesgo de COVID-19 puede ayudar a
abordar las emociones negativas, aumentar la autoeficacia y resaltar los
sentimientos de control sobre la reducción del riesgo de COVID-19. Es decir los
esfuerzos de comunicación pueden aprovechar las apelaciones emocionales
negativas para llegar al público que pueden estar emocionalmente desconectados
o incluso apáticos sobre vacunación. Dado que algunas de estas audiencias
pueden creer que el riesgo y la gravedad de COVID-19 se exageran y, en
consecuencia, se desvinculan, comunicar el riesgo de contraer COVID-19 puede
ser una parte importante de la vacuna mensaje educativo.
Descuidar
hacer por lo tanto, puede provocar la evitación de mensajes y desactivar aún
más las emociones (Ness et al., 2017), en consecuencia reducir
la necesidad percibida de vacunación. En resumen, "un mensaje no sirve
para todos”, y debemos evitar los mensajes genéricos y en su lugar, considere
los estados emocionales de diferentes audiencias en esfuerzos de comunicación
sobre vacunas específicos y personalizados.
Además,
dado que Bean (2011) y Kata (2010) afirman que los
grupos antivacunas emplean con frecuencia llamamientos emocionales negativos en
sus campañas, puede ser útil concienciar al público sobre las tácticas
utilizadas por estos grupos. Considerando lo demostrado efectos sostenidos de
la exposición a información errónea, es posible "vacunar" al público
contra desinformación mediante la presentación de argumentos en contra de la
desinformación y la sensibilización sobre las apelaciones emocionales negativas
apalancado por campañas antivacunas. Por ejemplo, estudios de desinformación
sobre el cambio climático realizados por Cook et al. (2017) y Van der Linden et
al. (2017) encontró que las personas podrían protegerse de los efectos de la
desinformación mediante mensajes que exponen y explican las estrategias de
difusión de información errónea utilizadas. Un estudio de mensajes de
vacunación y teorías de conspiración del 11-S también demostró que la
inoculación puede promover el escepticismo hacia las teorías de la conspiración
que pueden debilitar sus efectos potenciales.
Porque
muchos de los temores citados por las personas que dudan de la vacuna COVID-19
coinciden con tácticas de desinformación utilizado en esfuerzos antivacunas (Associated Press-University of Chicago National
Opinion Research Center., 2021), dibujar atención
a estos patrones e inocular al público antes del lanzamiento de la vacuna puede
ayudar a crear conciencia y disipar los miedos a vacuna. Dado que los mensajes
de vacunación pueden ayudar a promover el escepticismo hacia la desinformación
(y las emociones negativas apelaciones), la adopción de esta estrategia puede Proporcionar
al público la "alfabetización" de desinformación necesaria para identificar
tácticas de desinformación y tomar decisiones informadas. sobre la vacuna
COVID-19.
Otro
aspecto para abordar eficazmente la vacuna vacilación y fomentar la confianza
en las vacunas, la salud basada en la evidencia las estrategias de comunicación
son necesarias.
Bibliografía
Anderson, R. M., Heesterbeek, H.,
Klinkenberg, D., & Hollingsworth, T. D. (2020). How will country-based
mitigation measures influence the course of the COVID-19 epidemic? The
Lancet, 395(10228), 931–934. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30567-5
Associated Press-University of
Chicago National Opinion Research Center. (n.d.). Expectations for a
COVID-19 Vaccine . Retrieved July 27, 2021, from
https://apnorc.org/projects/expectations-for-a-covid-19-vaccine/
Bean, S. J. (2011). Emerging and
continuing trends in vaccine opposition website content. Vaccine, 29(10),
1874–1880. https://doi.org/10.1016/j.vaccine.2011.01.003
Broniatowski, D. A., Jamison, A. M.,
Qi, S. H., AlKulaib, L., Chen, T., Benton, A., Quinn, S. C., & Dredze, M.
(2018). Weaponized health communication: Twitter bots and Russian trolls
amplify the vaccine debate. American Journal of Public Health, 108(10),
1378–1384. https://doi.org/10.2105/AJPH.2018.304567
Callaghan, T., Moghtaderi, A., Lueck,
J. A., Hotez, P., Strych, U., Dor, A., Fowler, E. F., & Motta, M. (2021). Correlates
and disparities of intention to vaccinate against COVID-19.
https://doi.org/10.1016/j.socscimed.2020.113638
Carey, R. N., & Sarma, K. M. (2016). Threat appeals in health
communication: Messages that elicit fear and enhance perceived efficacy
positively impact on young male drivers. BMC Public Health, 16(1),
1–16. https://doi.org/10.1186/s12889-016-3227-2
Cislak, A., Marchlewska, M., Dominik,
A., Śliwiński, K., Molenda, Z., Szczepańska, D., & Cichocka, A. (2020).
National narcissism and support for anti-vaccination policy: The mediating role
of vaccination conspiracy beliefs. Group Processes and Intergroup Relations,
40(2), 366–374.
Dredze, M., Broniatowski, D. A.,
Smith, M. C., & Hilyard, K. M. (2016). Understanding Vaccine Refusal: Why
We Need Social Media Now. American Journal of Preventive Medicine, 50(4),
550–552. https://doi.org/10.1016/j.amepre.2015.10.002
Duhachek, A., Agrawal, N., & Han, D. (2012). Guilt versus shame: Coping, fluency,
and framing in the effectiveness of responsible drinking messages. Journal
of Marketing Research, 49(6), 928–941.
https://doi.org/10.1509/jmr.10.0244
Esposo, S. R., Hornsey, M. J., &
Spoor, J. R. (2013). Shooting the messenger: Outsiders critical of your group
are rejected regardless of argument quality. British Journal of Social
Psychology, 52(2), 386–395. https://doi.org/10.1111/bjso.12024
Fisher, K. A., Bloomstone, S. J.,
Walder, J., Crawford, S., Fouayzi, H., & Mazor, K. M. (2020). Attitudes
Toward a Potential SARS-CoV-2 Vaccine : A Survey of U.S. Adults. Annals of
Internal Medicine, 173(12), 964–973.
https://doi.org/10.7326/M20-3569
Funk, B. Y. C., & Kennedy, B.
(2016). Cary Funk and Brian Kennedy. May, 1–114.
Habersaat, K. B., & Jackson, C.
(2020). Understanding vaccine acceptance and demand—and ways to increase them. Bundesgesundheitsblatt
- Gesundheitsforschung - Gesundheitsschutz, 63(1), 32–39.
https://doi.org/10.1007/s00103-019-03063-0
Hill, H. A., Elam-Evans, L. D.,
Yankey, D., Singleton, J. A., & Kang, Y. (2018). Morbidity and Mortality
Weekly Report: Vaccination Coverage Among Children Aged 19-35 Months-United
States, 2017. 67(40), 1123–1128. https://www.cdc.gov/vaccines/imz-managers/coverage/childvaxview/
Hogg, M. A. (2019). A social identity
theory of leadership. Leadership in Sports Coaching, 28–51.
https://doi.org/10.4324/9781315267005-3
Hornsey, M. J., Chapman, C. M.,
Alvarez, B., Bentley, S., Salvador Casara, B. G., Crimston, C. R., Ionescu, O.,
Krug, H., Preya Selvanathan, H., Steffens, N. K., & Jetten, J. (2021). To
what extent are conspiracy theorists concerned for self versus others? A
COVID-19 test case. European Journal of Social Psychology, September
2020, 1–9. https://doi.org/10.1002/ejsp.2737
Hornsey, M. J., Harris, E. A., &
Fielding, K. S. (2018). The Psychological Roots of Anti-Vaccination
Attitudes : A 24-Nation Investigation. 1(2), 1–9.
Johnson, M. O. (2000). Personality
correlates of HIV vaccine trial participation. Personality and Individual
Differences, 29(3), 459–467.
https://doi.org/10.1016/S0191-8869(99)00206-8
Jolley, D., & Douglas, K. M.
(2014). The effects of anti-vaccine conspiracy theories on vaccination
intentions. PLoS ONE, 9(2).
https://doi.org/10.1371/journal.pone.0089177
Jones, A. M., Omer, S. B.,
Bednarczyk, R. A., Halsey, N. A., Moulton, L. H., & Salmon, D. A. (2012).
Parents’ Source of Vaccine Information and Impact on Vaccine Attitudes,
Beliefs, and Nonmedical Exemptions. Advances in Preventive Medicine, 2012(February
2004), 1–8. https://doi.org/10.1155/2012/932741
Jost, J. T., Federico, C. M., &
Napier, J. L. (2009). Political ideology: Its structure, functions, and
elective affinities. Annual Review of Psychology, 60, 307–337.
https://doi.org/10.1146/annurev.psych.60.110707.163600
Jungmann, S. M., & Witthöft, M.
(2020). Health anxiety, cyberchondria, and coping in the current COVID-19
pandemic: Which factors are related to coronavirus anxiety? Journal of
Anxiety Disorders, 73(April), 102239.
https://doi.org/10.1016/j.janxdis.2020.102239
Kaiser Family Foundation. (2020). KFF
Health Tracking Poll- September 2020. September, 1–26.
Kata, A. (2010). A postmodern
Pandora’s box: Anti-vaccination misinformation on the Internet. Vaccine,
28(7), 1709–1716. https://doi.org/10.1016/j.vaccine.2009.12.022
Kennedy, J. (2019). Populist politics
and vaccine hesitancy in Western Europe: An analysis of national-level data. European
Journal of Public Health, 29(3), 512–516.
https://doi.org/10.1093/eurpub/ckz004
Kossowska, M., Szwed, P., &
Czarnek, G. (2021). Ideology shapes trust in scientists and attitudes towards
vaccines during the COVID-19 pandemic. PsyArxiv, [preprint].
https://psyarxiv.com/hcbmw/
Lwin, M. O., Lu, J., Sheldenkar, A.,
Schulz, P. J., Shin, W., Gupta, R., & Yang, Y. (2020). Global sentiments
surrounding the COVID-19 pandemic on Twitter: Analysis of Twitter trends. JMIR
Public Health and Surveillance, 6(2), 1–4.
https://doi.org/10.2196/19447
Mackie, D., & Cooper, J. (1984).
Attitude polarization: Effects of group membership. Journal of Personality
and Social Psychology, 46(3), 575–585.
https://doi.org/10.1037/0022-3514.46.3.575
Mitra, T., Counts, S., &
Pennebaker, J. W. (2016). Understanding anti-vaccination attitudes in social
media. Proceedings of the 10th International Conference on Web and Social
Media, ICWSM 2016, Icwsm, 269–278.
Murphy-Hoefer, R., Hyland, A., &
Rivard, C. (2010). The influence of tobacco countermarketing ads on college
students’ knowledge, attitudes, and beliefs. Journal of American College
Health, 58(4), 373–381. https://doi.org/10.1080/07448480903380276
Nazli, Ş. B., Yiğman, F., Sevindik,
M., & Deniz Özturan, D. (2021). Psychological factors affecting COVID-19
vaccine hesitancy. Irish Journal of Medical Science, 0123456789.
https://doi.org/10.1007/s11845-021-02640-0
Ness, A. M., Johnson, G., Ault, M.
K., Taylor, W. D., Griffith, J. A., Connelly, S., Dunbar, N. E., & Jensen,
M. L. (2017). Reactions to ideological websites: The impact of emotional
appeals, credibility, and pre-existing attitudes. Computers in Human
Behavior, 72, 496–511. https://doi.org/10.1016/j.chb.2017.02.061
Offit, P. A. (2005). The cutter
incident. In Reviews in Medical Virology (New Haven, Vol. 5, Issue 3).
Yale University Press. https://doi.org/10.1002/rmv.1980050302
Perugini, M., & Bagozzi, R. P.
(2001). The role of desires and anticipated emotions in goal-directed
behaviours: Broadening and deepening the theory of planned behaviour. British
Journal of Social Psychology (2001), 40, 79–98.
https://doi.org/10.2307/j.ctvn5tzff.11
Rieger, M. (2020). Triggering
altruism increases the willingness to get vaccinated against COVID-19. Social
Health and Behavior, 3(3), 78. https://doi.org/10.4103/shb.shb_39_20
Sear, R. F., Velasquez, N., Leahy,
R., Restrepo, N. J., Oud, S. El, Gabriel, N., Lupu, Y., & Johnson, N. F.
(2020). Quantifying COVID-19 Content in the Online Health Opinion War Using
Machine Learning. IEEE Access, 8, 91886–91893.
https://doi.org/10.1109/ACCESS.2020.2993967
Smith, N., & Graham, T. (2019).
Mapping the anti-vaccination movement on Facebook. Information Communication
and Society, 22(9), 1310–1327.
https://doi.org/10.1080/1369118X.2017.1418406
The City University of New York
School of Public Health. (n.d.). Lack of Knowledge May Stop Many New Yorkers
From Taking a COVID-19 Vaccine, but Personal Experience of Disease May
Encourage Them - CUNY Graduate School of Public Health & Health Policy.
Retrieved July 24, 2021, from
https://sph.cuny.edu/life-at-sph/news/2020/06/17/survey-w12-p2/
Turner, J. C. (1991). Social
influence. In Social influence. Thomson Brooks/Cole Publishing Co.
Tyson, A., Johnson, C., & Funk,
C. (2020). U.S. Public Now Divided Over Whether To Get COVID-19 Vaccine. Pew
Research Center, September.
https://www.pewresearch.org/science/2020/09/17/u-s-public-now-divided-over-whether-to-get-covid-19-vaccine/
World Health Organization. (n.d.-a). Advice
for the public. Retrieved July 24, 2021, from
https://www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public
World Health Organization. (n.d.-b). Coronavirus
disease (COVID-19) Situation Report – 130. Retrieved July 24, 2021, from
https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/situation-reports/20200529-covid-19-sitrep-130.pdf?sfvrsn=bf7e7f0c_4
No hay comentarios:
Publicar un comentario