viernes, 21 de mayo de 2021

Epistemología del Sur

 

Epistemología del Sur


Una epistemología del Sur es un libro que compila el trabajo de Santos. La obra se estructura según ejes temáticos, organizándolo en dos grandes partes, cada una de ellas con cuatro artículos.

Es este tema el que atraviesa el conjunto de la obra; sin embargo, es correcto advertir que desde el inicio el autor ha dejado claro que su intento por construir una epistemología del sur pasa por la consideración de que el mundo en el que nos encontramos está en medio de relaciones de poder tanto coloniales como capitalistas. Es esta doble consideración lo que lo distinguiría de posturas como el posmodernismo, pero también del poscolonialismo, que sostienen un diagnostico similar con respecto al pensamiento científico y con quienes debate intensamente.

El agrupamiento de los textos no es casual, pues inicia con un diagnóstico de lo que considera la crisis del saber occidental. Critica al paradigma científico dominante al que considera excluyente y totalitario, que se basa en la cuantificación, cuya ventaja de este paradigma dominante, localizado geográficamente en la Europa Occidental y en el mundo anglosajón, encontraría su sustento en una serie de dicotomías, todas insalvables. Algunas de ellas son: la escisión entre sujeto y objeto, las oposiciones entre naturaleza y ser humano, civilización y barbarie, mente y materia, colectivo e individuo.  Es por eso que frente a esta crisis se plantea el nuevo paradigma emergente o, como él lo nombra, el "conocimiento prudente para una vida decente" (p. 40). El mismo que, plantea cuatro principios orientadores de este nuevo modelo que identifica y se concreta en la superación de las dicotomías abismales producidas por la lógica de la ciencia moderna:

1) entre las ciencias sociales y las ciencias naturales,

2) entre el conocimiento local y el conocimiento total,

3) entre el sujeto y el objeto de conocimiento, y finalmente

4) entre el conocimiento científico y el sentido común

 

Para Sousa, no solo el paradigma positivista, sino también sus criticas europeas fenomenología, marxismo abrevan de alguna de estas posiciones dicotómicas. Este modelo de organización del saber científico repercute en cómo se ha ordenado la forma primordial de su transmisión: el saber universitario. La forma en que el paradigma opera dentro de la institución universitaria también se ve una marcada por estas dicotomías, siendo la división disciplinaria su máxima expresión. Aquí la dicotomía opera entre ciencias naturales y ciencias sociales, con dominio de las primeras. Esta forma de organizar el saber universitario ha devenido en una reflexión cuya base es el pensamiento disciplinado, que establece fronteras infranqueables entre una y otra forma de entender la realidad. Además de esto, el paradigma científico dominante tendría como base un verdadero epistemicidio esto es, su carácter de hegemónico no sería otra cosa que el resultado de la destrucción de formas diversas del conocimiento. Las alternativas epistemológicas producto de la diversidad del mundo estarían cerradas si no cumplen con los cánones de verificación del paradigma dominante. El resultado es una apuesta constante por un futuro mejor -el progreso- dentro de una totalidad cerrada -organizada y jerarquizada de antemano- con una visión lineal del tiempo.

Para Sousa nos encontramos en un momento de transición paradigmática, donde las oportunidades están abiertas para construir otro tipo de racionalidad científica. Esa es su apuesta cuando había de una epistemología construida desde el sur. El camino que nos propone es eliminar la vieja división entre ciencias naturales y sociales, para allanar el camino hacia "un conocimiento prudente para una vida decente" (p. 40).

Se trataría de construir lo que él llama una sociología de las ausencias basada en las alternativas de conocimiento que nunca llegaron a ocurrir, o en todos esos silencios o aspiraciones que el paradigma dominante ha prohibido por considerarlos como magia, superstición, o simples creencias, etc. Dicha forma de sociología requiere una epistemología de las ausencias cuya tarea central sea expandir el concepto de realidad. Aquí la referencia a Ernst Bloch es obligada: la realidad es más que el dato factico, es también lo imaginado y lo emergente. Con una epistemología de este tipo nos movemos no solo en el nivel del logos, sino también en el mito. La función de la sociología de las ausencias seria expandir el concepto de realidad, centrándose en el presente antes que, en el futuro, de tal manera que pueda ser trastornar la visión lineal y progresiva del tiempo. La epistemología de las ausencias vendría también a transformar nuestros conceptos tradiciones de saber e ignorancia, pues, dice Sousa, el saber y la ignorancia no son absolutos, sino que se trata de un saber y una ignorancia con respecto a algo particular.

Para traer al debate todos esos saberes ignorados u olvidados es necesario que se establezca un dialogo (pragmático) entre las diversas formas de validación de los conocimientos. No se trata de igualar todas las formas del saber al conocimiento científico, sino de ser flexibles en las formas de validez de estos. Quizá para ciertos espacios-tiempos muy concretos sea más relevante un tipo de conocimiento enraizado en lo local, en lo histórico e incluso en lo moral; por tanto, su mecanismo de validación no tiene que responder necesariamente a los de la ciencia dominante. Lo importante para Sousa, entonces, a partir de estas nuevas formas de concebir y hacer operativo el conocimiento, es asediar de diversas formas a la totalidad. Dicha totalidad no se ha totalizado y nunca lo hará. Siempre será una totalidad abierta y la intención del conocimiento será asediarla sabiendo sus propios límites.

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